Aprender a ser
Se está dando un profundo cambio en el proceso de aprendizaje que, por supuesto, afecta directamente a sus protagonistas; hoy se le exige al docente contar con competencias digitales para un correcto desempeño y son imprescindibles al momento de transmitir conocimiento al niño. La tecnología avanzó más rápido que la educación obligando a ésta a una adecuación permanente. Lo que ahora se reconoce como tecnología educativa es mucho más amplio que lo que hasta no hace mucho definíamos como las TIC; ya no basta con el uso de una herramienta como la pantalla o el proyector, sino que ahora es necesario saber utilizarlas, enseñar a utilizarlas y poder programarlas.
Según el Banco Mundial, el planeta tiene hoy una cobertura de Internet del 60%, mientras que un 90% tiene acceso a una red 2.0, y estos datos confirman lo que podemos vivir día a día en nuestras comunidades. Las tecnologías avanzan, evolucionan y son parte activa de los individuos, cada vez desde edades más tempranas. A fines del siglo pasado, Jacques Delors, ex ministro francés, realizo una investigación por encargo de la Unesco, a la que titulo “La Educación encierra un tesoro”. “Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir, se convierten en tres pilares de la educación para hacer frente a los retos del siglo XXI y llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, permitiendo que aprenda a ser.” Es ese aprender a ser, una buena síntesis de lo que llamamos el proceso del aprendizaje, y hoy en el siglo XXI las competencias digitales tiene un superlativo rol en la formación de nuestros niños.
Migrantes digitales vs. nativos digitales
Veamos la definición que propone Unesco, sobre las competencias digitales: Las competencias digitales se definen como un espectro de competencias que facilitan el uso de los dispositivos digitales, las aplicaciones de la comunicación y las redes para acceder a la información y llevar a cabo una mejor gestión de éstas. Estas competencias permiten crear e intercambiar contenidos digitales, comunicar y colaborar, así como dar solución a los problemas con miras al alcanzar un desarrollo eficaz y creativo en la vida, el trabajo y las actividades sociales en general.
Esas competencias que posibilitan conocer, hacer y aprender a ser, es lo que permite un uso competente de la tecnología digital en el aula. Son las herramientas docentes indispensables para el siglo XXI. Los mayores de 20 años son considerados migrantes digitales; es decir, aquellos que incorporan lo digital a su quehacer diario. Mientras que los menores de 20 son los llamados nativos digitales; quienes nacieron con la tecnología incorporada a su cotidianeidad. El desafío de todo docente (un migrante digital, claramente) es mediar en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los nativos digitales. Nuestros niños se mueven como peces en el agua con la terminología, las automatizaciones y los secretos que ofrece la tecnología, nacieron con ella incorporada a la vida diaria. La competencia digital es el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) para potenciar a la ciudadanía.
Un nuevo proceso de alfabetización
En este momento es vital una correcta y rápida alfabetización digital de los docentes. Es imprescindible no solo conocer las TICs en sus usos básicos, sino que es necesario usarlas para la autoformación. Se requiere un amplio manejo de los términos y de aquellos conceptos utilizados en referencia a acciones, que se dan al usar las diversas tecnologías. Saber que es un vínculo, navegar o los nodos, por ejemplo; conocer cómo orientar la búsqueda de información en la red y cómo funciona ésta; los diversos navegadores; la búsqueda especifica de imágenes y conocer los buscadores infantiles para búsquedas más seguras, entre otras cuestiones básicas. Se requiere formación, conocer las competencias digitales con idoneidad para trasmitirlas en los diversos contextos con responsabilidad.
La actual sociedad del conocimiento tiene un protagonista de extraordinario potencial; Internet. Se puede interactuar, jugar, investigar, trabajar o explorar, todo junto y a la vez, o hacerlo por separado. Allí se combinan múltiples recursos digitales; videos, imágenes, portales y textos, entre otros. Nuestros niños, sus padres y cada institución necesitan saber que el uso de este fantástico instrumento tiene seguridades básicas, garantizadas por docentes preparados.
La educación necesita docentes alfabetizados tecnológicamente, ya que cada docente en cualquier parte del planeta es intrínsecamente un protagonista de extraordinario nivel, y necesariamente una adecuación curricular, será la que permita potenciar su capacidad.